Un cuarentón peludito

Hace un tiempo me había metido con un cuarentón, me había dicho que tenía 34 inicialmente, pero después caché que tenía 40. No me importó, lo pasé bien y me gustó… Así que no me negué a juntarme con gente que tenga tanta diferencia de edad conmigo, de hecho, para que andamos con weas, si me gustan así.

Meses después, estaba en la pega, y me habla en Grindr un perfil de un cuarentón barbón y peludo, al parecer yo era de su gusto, era lo que estaba buscando. Así que hablamos tan solo un poco, me mandó algunas fotos y yo a él, y me invitó a su depa, pero ese día al menos no pude, y la verdad, no estaba muy seguro de si me había gustado tanto.


Semanas después me lo encuentro de nuevo y de caliente le hablé. Pescó altiro y me invitó a su depa a comer heladito… ustedes entienden, ¿no? Me dijo que estaba con dos amigos, pero que no importaba, que nosotros pasaríamos a su pieza y ellos se quedarían en el living jugando Nintendo. Ese día nos cortaron el internet en la oficina así que aproveché de ir a “hacer unos trámites”. Por suerte Maik vivía a la vuelta de mi trabajo.


Hacía calor ese día, llegue a su edificio y me recibe un wn con los ojos hermosos. Era él… Yo no tenía tantas expectativas, pero ya solo con verlo y con escucharlo, supe que lo iba a pasar muy bien. Subimos el ascensor, de esos antiguos en donde abres una puerta primero y que no tienen cámara. Maik aprovechó eso para jugar con mis pezones mientras subíamos.


Entramos y estaban los amigos. Me hizo pasar enseguida a su pieza. Dejé mis cosas en el suelo y conversamos un poco primero. Nos empezamos a besar mientras él jugaba con mis pezones por debajo de mi polera. Olía tan rico, era tan tierno pero caliente a la vez. Me senté en la cama, le desabroché el short que traía y se los bajé junto a sus boxers. Tomó mi cara y la empezó a mover lentito para que su pico vaya creciendo de a poquito en mi boca. Sentía como crecía, cada vez ocupaba más espacio. 


Cuando ya estaba grande, me soltó la cabeza y yo solo empecé a mamársela. Noté que no le gustaba que ocupe la mano, así que solo usé mi lenguita y boquita para saborear su pene. Era muy rico, olía bien, buen tamaño. Se sacó la polera y me pidió que me sacara la mía. Woo, que hombre tenía frente a mi! Era de esos peluditos ricos que siempre me he querido comer, además era muy lindo, y lo mejor, es que le gustaba lo que le estaba haciendo.



Me pidió que me sacara los pantalones. Yo no estaba muy seguro por que yo en ese momento solo quería mamar, pero estaba muy caliente con el wn que me los saqué, me saqué el boxer, y Maik se arrodilla en la cama para que yo siga mamando y pueda tener mi culito ahí para él. Saca algo de su velador, era un condón y lubricante. Se coloca el condón en los dedos y pone lubricante en mi culito, empieza muy de a poquito a meterme los dedos. Se sentía muy bien, yo mamaba mientras él me follaba mi culito con sus dedos y con la otra mano me apretaba el pezón. Le dije que me apretara más fuerte, quería sentir placer por todos lados. Estuvimos mucho rato así, cambiando de posiciones. Cada vez entraba con más profundidad y rapidez los dedo. De vez en cuando nos mirábamos y nos besábamos. 


Caché que era muy caliente, supe desde ese momento que si me volvía a juntar con él, no podría solo ser una mamada, al parecer se le hacía agua la boca por mi culito. Para mi sorpresa, me puso de espalda en su cama y me levantó las piernas, sentí toda su barba en mi culito, lo olía, pasaba levemente la lenguita.


Luego me puso con la cabeza en el respaldo de la cama mirando hacia el techo, me la metió en la boca y ahí le hice garganta profunda. Mientras el me tocaba mi culito, me tocó mi pene también, colocaba su barbita entre mi pico y la pierna, se sentía todo muy rico mientras yo me ahogaba con el suyo dentro de mi boca. 


Cambiamos de pose a cada rato, queríamos hacerlo de distintas maneras. Me encantaba mucho, sus ojos, sus besos, su cuerpo peludo, su pico muy rico. Llevaba casi unos 6 meses sin juntarme con alguien, y era justo lo que necesitaba en ese momento. No se resistió y me preguntó que si podía follarme. No lo pensé de más, ya estaba entregado a él completamente, así que le dije que sí. Sacó otro condón, lubricó mi hoyito, y despacito fue metiéndolo. Me dolía, y por alguna razón me puse nervioso y más costó que entrara, pero se logró… Estuvo un poco rato así pero a mi me dolía, no pude aguantarlo, Lamentablemente lo dejé con las ganas, pero se lo seguí chupando para recompensarlo.


Se acuesta en la cama y yo me pongo a mamársela con mayor rapidez. Él toma mi cabeza y la deja quieta y me folla la boca mucho rato. Aumenta cada vez más la velocidad y escucho que me pregunta si se podía correr en mi boca. Con dificultad le digo “Aham” ya que mi boca estaba ocupada, y a los pocos segundos siento un chorro calentito en mi boca a la vez que el gemía muy fuerte mientras eyaculaba. Me suelta la cabeza y sigo dejando limpio el pene que me había comido.


Luego lo miro, nos damos un beso, y me recuesto en su pecho unos segundos. Ya era tarde, yo debía volver a la oficina, así que nos levantamos, me vestí, quedé con todo el hoyito lubricado, y nos fuimos al baño a lavarnos las manos. Tomo mis cosas, y cuando estamos por el pasillo antes de llegar al living donde estaban sus amigos, me doy vuelta y le doy un beso, para que sepa que me había gustado y darle una señal de que me gustaría que se repitiera, esta vez, más preparado para aguantarlo. 


Después hablamos un rato, y a los días siguientes. Le pregunté que si quería amarrarme la próxima vez que nos veamos. Sorprendido me preguntó que si era verdad lo que le estaba ofreciendo. Le respondí que sí, que de hecho, que si podía que parara, no me haga caso y siga. Me encantaría que me pegue nalgadas y de verdad podamos cumplir esa fantasía.


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