Con Sebastián después del trío - Parte 1

Después de ese trío con Sebastian y Roberto seguí hablando con ambos. Con Roberto hablaba más como amigo, nos contábamos algunas experiencias y hablábamos de la vida, pero con Sebastián pasó algo que nunca me había pasado.

Como les comenté en el otro relato, con Sebastían sentí que él quería algo más que solo sexo oral, y para mi sorpresa, a los pocos días del trío me habla por Grindr y me dice que tiene ganas de juntarse de nuevo, pero esta vez solos los dos.


Yo encantado por supuesto, me había gustado mucho mamarsela, la tenía muy rica, y le encantó cómo le hacía las mamadas. Así que le dije que sí y lo invité nuevamente a mi casa. Lo invité un día que mi amiga había salido, así que en la tarde aproveche y le dije que se viniera.


Cuando llegó, a pesar de ya conocerlo, me puse nervioso. Era muy guapo, muy mino, y que me pidiera que repitieramos me tenía loco. Llegó sonriente, supongo que con ganas de otra rica mamada. Me preguntó cómo estaba de la mano, recuerden que había tenido un accidente en el trio que hicimos anteriormente. Me tomo la mano para tocarla un poco, me puse algo nervioso jejeje.


Me había puesto el mismo short que esa vez, ya que era un short bastante fino, por lo que si me tocaba de nuevo, ambos íbamos a sentir un poco más. Así que lo llevé a mi pieza. Ya en ella lo miré y bajé lentamente para bajarle su short. Traía un calzoncillo tipo brief (no boxer) que me encantaba, pero rápidamente se lo bajé tambien. Ya estaba durísimo así que no me aguanté y se lo mamé.


Comencé lentito, usando mi lenguita, oliendo sus partes y de vez en cuando lamiéndole sus cocos. De a poco fuí acelerandome para comerme su pico completo, usando una mano para masturbarlo al mismo tiempo que se la chupaba. Gemía rico, me miraba hacia abajo mientras yo se lo comía. Me tomaba la cabeza para empujarlo y tragarme toda. Podía hacerlo, y cuando lo hacía, él tiraba su cabeza hacía atrás gimiendo de placer.


Me levanté, él se sacó el short y el boxer que estaban a sus pies, y le dije que se acostara en mi cama. Se sacó su polera y se acostó en ella. Me quedé mirándolo, qué wn más mino tenía en mi cama, no lo creía mucho en ese momento.


Cómo sabía que le había gustado tanto la otra vez que me dí la vuelta para tragarme todo su pico, esta vez no lo dudé y tambien lo hice. Ahora él estaba acostado y yo me puse hacia el otro lado, dejando mi culito, aun con ropa, cerca de él, y pa dentro. Esa sensación de tragarte todo el pico de un wn rico, y de que ponga la mano para que no salgas de ahí… es la mejor. Me costaba respirar, intentaba quedarme lo que más podía, pero no era mucho rato, me ahogaba. ¡Y cómo gemía! Me excitaba mucho eso.


Después de estar un rato ahí comenzó a tocarme el culito, a apretarme las nalgas. Bajó su mano y la metió por debajo del short. Que rico me apretaba, se notaba que quería algo más con mi culito, pero no me atrevía a ofrecerlo. En ese momento yo aún no tenía tanta experiencia con el sexo anal.


Luego de estar un rato así se para y me dice que me acueste yo y el se pone de rodillas en la cama, así ahora él tenía mi boca contra la cama y con su pico me pegaba en la cara. Yo lo veía hacia arriba, y él me miraba hacia abajo, todo muy caliente. Le sacaba la lengua para que me pegara con su pico en ella, y él disfrutaba haciéndolo.


Puso sus manos sobre la cama mientras tenía su pico metido en mi boca, y empezó el mete y saca en mi boca, yo se lo chupaba rico, lo dejaba muy babeado. Lo metía hasta adentro pero no quería usar mis manos, quería que él manejara la situación. Se acomodaba y me comenzaba a pegar de nuevo en la cara.


Luego de un rato así se acercó a mi oído y me pregunto:


S: ¿Te puedo meter solo la puntita?


Le dije que sí enseguida, me di vuelta mientras me sacaba el short y los calzoncillos, él aprovechaba para tocar mis nalgotas grandes. Me puse boca abajo en mi cama y el se puso encima mio. Se fue altiro a mi oyito. Comenzó a meterla de a poquito, solo la puntita, como el dijo, pero poco a poco fui sintiendo que entraba más que solo la cabezita. 


Más fresco! Pero era lo que quería, sentirlo todo. Me metio todo, y me gustaba por que era tierno al hacerlo, lento, sin prisa. Se puso encima mío y me penetraba muy rico. Se acercaba a mi oído y me decía “Que rico”. Yo le respondía siempre con un sí mientras lo tocaba. Sentía mucho placer, nunca me había pasado con alguien tan joven, siempre busqué sexo con gente mayor a mi, y el tenía tan solo 21 años, sentía que ambos disfrutamos al máximo, hacía calor y nuestros cuerpos estaban sudando juntos.


Después de estar harto rato follando se acomodó nuevamente en la cama y yo volví a chuparselo. Me encantaba tenerlo desnudo en mi cama y chupandole el pico a ese mino. Me dijo que se iba a venir, así que tomé su pene con la mano, lo masturbé y mientras lo chupaba, soltó todo su semen en mi boca. Que rico todo.


Se levantó y me dio un beso en la mejilla, me puse muy nervioso. Fue muy tierno. 

Nos comenzamos a vestir, yo tenía la media sonrisa en la cara, estaba fascinado con la experiencia. Le pregunté si le había gustado y me respondió que sí, que mucho.


Nos terminamos de vestir y le dije que nos volvamos a ver. Me dijo que sí, que obvio.

Y así fue, nos seguimos viendo y seguimos haciendo de las nuestras, experimentando cosas nuevas y cada vez más entregado.


Debo decir que con el aprendí lo que era el buen sexo. Con el logré aguantar cada vez más y a saber como usar mejor mi boquita para el sexo oral.



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